Massimo Bacigalupo: mi relación personal y académica con Ezra Pound

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Fotografía ©Juan Leyva, 2018

Traducción de Juan Leyva[*]

 

Ezra Pound y la poética interdisciplinaria

En esta entrevista virtual Massimo Bacigalupo, profesor emérito de la Universidad de Génova, Italia, empieza por compartir anécdotas personales de sus encuentros con numerosas figuras literarias que dieron forma a su experiencia de convertirse en artista e investigador. Entre ellas, la más influyente para sus actividades futuras fue el poeta estadounidense Ezra Pound (1885-1972). El enfoque de Bacigalupo, que combina la literatura con otras disciplinas, encuentra paralelos en el método poético de Pound, cuya obra magna, los Cantos, incluye una amplia variedad de intereses que van desde las humanidades hasta las ciencias. Bacigalupo se propone crear su propio “periplo” “no como la tierra se ve en un mapa/ sino como la costa es contemplada por los navegantes” (canto LIX). Así, navega por el mar de sus experiencias vitales con enorme diversidad de medios y enfoques. En el curso de la entrevista, Bacigalupo, además, provee a los lectores decididos a internarse en la creación de Pound con consejos y sugerencias para acercarse a las complejidades y alusiones de esa obra multilingüe. Discute la “moda de escribir acerca del fascismo en Pound y otros” en la academia inglesa y la estadounidense contemporáneas, a veces marcadas por un conocimiento insuficiente de la historia y la política que puede llevar a los estudiosos a ver implicaciones fascistas donde no las hay o, viceversa, perder las principales modalidades de la reacción de Pound a la política italiana de los años treinta. Bacigalipo observa la frecuente exclusión de Pound de los planes de estudio actuales como contraparte a su popularidad en los sesentas y setentas, cuando era visto como un chivo expiatorio, más que como un defensor de ideas ofensivas y desacreditadas y, por tanto, doblemente difícil de abordar en clase. El propósito esencial de Pound era ofrecer una historia del mundo tal como él lo percibía y una vía para salir de la guerra y las deudas, con la finalidad de alcanzar una vida pública y privada más satisfactoria y justa. Ahora, mientras el programa digital permanente Cantos Project nos ayuda a identificar fuentes y procesos de composición (y esto es invaluable), el lector, a su vez, debe decidir por sí mismo en qué medida Pound es digno de ser leído como poeta y contador de viejas y nuevas historias.

 

Kent Su (en adelante, Su): Comencemos por el mero principio. ¿Puede hablarnos de sus encuentros iniciales con Ezra Pound y otras figuras literarias en Rapallo, Genova? ¿Cómo esas experiencias lo formaron e inspiraron como artista e investigador?

 

Massimo Bacigalupo (en adelante, Bacigalupo): Mi padre italo-alemán y mi madre estadounidense, Giuseppe Bacigalupo y Frieda Natali Bacigalupo, eran médicos y figuras prominentes en la comunidad de ingleses, estadounidenses y alemanes que vivían en el área de Rapallo: la Rivera Italiana. Giuseppe publicó en 1980 el libro Ieri a Rapallo, que yo edité y que incluye capítulos acerca de pacientes y amigos fuera de lo común, como Max Beerbohm, Ezra Pound, Isaiah Berlin, Lillian Gish y Rex Harrison. Esos amigos eran invitados con frecuencia a nuestra casa para comidas y reuniones, y así pude conocer a muchas personas extraordinarias, entre ellos “EP” (como el propio Pound se refería a sí mismo a veces). Aquellos encuentros me estimularon para leer las obras de Pound y asociados, en especial T. S. Eliot, James Joyce, Ernest Hemingway y E. E. Cummings. El inglés y el alemán se hablaban en casa habitualmente. Cuando me fui a Roma a la universidad, tomé cursos regulares de humanidades –latín, italiano, filosofía, inglés y literatura de Estados Unidos. Y llegado el momento de escoger el tema para mi tesis de maestría, el profesor Agostino Lombardo me insistió en que la escribiera sobre la obra tardía de Ezra Pound. Luego de la graduación, me fui a la Universidad de Columbia con una beca Fulbright y ahí pude ampliar mi tesis de Roma para mi doctorado, que obtuve en 1975. Años después se convirtió en mi primer libro, The Forméd Trace: The Later Poetry of Ezra Pound, que Columbia University Press publicó en 1980. Ese fue tal vez el primer libro que discutió abiertamente la obra de Pound a la luz de su política. En esos años también hice algunas películas experimentales (o “underground”). Fueron sobre todo planteamientos poéticos basados en una aproximación mítica a la experiencia, por ejemplo, Migrazione, de 1970 (de unos 60 minutos), recuerda a los pueblos migrantes de tiempos antiguos y al símbolo de la Diosa Madre, el “eterno femenino” en todas sus rencarnaciones (niña, amante, madre). Este uso del mito y la evocación de fiestas intemporales están claramente relacionados con lo que Pound y otros modernistas hicieron en su obra.

Su: Los estudios interdisciplinarios son cada vez más populares debido a una creciente concientización de que una sola categoría no es suficiente para permitir a los críticos comprender plenamente y analizar un determinado tema. En gran medida, sus propias obras han estado preocupadas con las posibilidades interdisciplinarias de la literatura como un medio en conversación con el cine, el arte, la música y la poesía vanguardistas. Usted también ha hecho investigaciones en varias lenguas. ¿Cómo se enfoca en esas intersecciones de diferentes campos? 

Bacigalupo: Disfruto contar historias, y esto es esencialmente lo que hago cuando escribo un ensayo o un artículo. Trato de juntar varios hilos para una explicación convincente de mi tema. Con frecuencia escribo breves reseñas o perfiles de escritores y procuro sugerir un acercamiento que es el mío y que siento que puede ser compartido. He escrito a menudo sobre libros de viajes y sobre cómo ínfimos hechos biográficos influyen para leer ciertos libros. Una vez escribí que un texto es la historia de sus lecturas. Y en consecuencia me pregunto qué historia podrían tener nuestros ensayos críticos, dado que no son ampliamente leídos. En mis publicaciones he usado con frecuencia fotografías para contar una historia paralela al texto escrito. Es el caso de Angloliguria: Da Byron a Hemingway (Génova, Il Canneto, 2017). Como sugiere el título, se trata de los escritores angloparlantes que vivieron y escribieron en y acerca de Liguria, la región cuya capital es Génova y en la que vivo. El libro incluye 68 placas en color y blanco y negro: fotografías de gente, lugares y obras, con extensos pies de foto y citaciones. Es como un libro dentro de otro, que puede hablar también a un lector incapaz de leer los breves ensayos italianos que integran la obra y es tan un producto de investigación como el texto escrito, ya que la mayoría de las imágenes son raras o inéditas y cuentan su propia historia, que es a un tiempo personal (dado que conocí a muchos de los autores modernos y las imágenes son parte de mi archivo) y, espero, de interés más amplio, porque esos escritores y acontecimientos son parte de la historia general y literaria. Esta historia es algo fragmentaria, compuesta de un gran número de hallazgos. Igualmente, en mi libro Ezra Pound, Italy, and The Cantos (2020) introduje unas cuantas imágenes nuevas de lugares y arte que iluminan aspectos de la obra (como adecuadamente hizo Hugh Kenner en The Pound Era). Mi libro tiene también muchos aspectos personales (algunas fotos de Pound y su ambiente las tomé yo mismo en los sesentas). Y ocasionalmente el texto cambia de estudio crítico e interpretación a relato personal de cómo descubrí este o aquel documento o conexión. Es como un relato detectivesco que describe el placer de desenterrar algunos de los pequeños secretos del texto de Pound. De hecho, a veces pienso en los dieciséis capítulos de Ezra Pound, Italy, and The Cantos, como mis dieciséis cantos. Son cuentos de descubrimiento y hay bastantes pasajes de humor. No separo mi escritura de mis primeros trabajos fílmicos. Un día me di cuenta de que podía comunicar con menos esfuerzo por medio de un artículo en un periódico que por medio de una laboriosa obra fílmica. Y por lo común escribía cuando se me pedía una colaboración o una entrevista, como en este caso. Descubrí que al escribir podía expresarme libremente y quizá realizar una función útil ayudando a otros a entender textos y autores recuperando el pasado o recordando cómo me había aproximado a ellos. Ocasionalmente he escrito textos que se acercan a la poesía y algunos de ellos están disponibles en el sitio web de la Ezra Pound Society (“Poetry about Ezra Pound”). Uno de ellos, “Sailing with Wallace Stevens”, surgió de una conferencia del The Wallace Stevens Journal, que solicitó a los participantes “respuestas creativas” al poeta. Es una serie de viñetas o pequeños pasajes que relatan mis encuentros con Stevens, desde mi primera lectura hasta mis traducciones, conocer a su hija, leer una carta inédita escrita por él a la princesa Marguerite Caetani, etcétera. Es un relato compacto de lo que para mí ha significado la vívida relación con Stevens durante cinco décadas. E, inevitablemente, mi relación personal y académica con Pound es parte de la historia que cuento. Mi amigo y colega Wayne Pounds subió “Sailing with Wallace Stevens” a su blog, donde sin embargo aparece como prosa: <https://uenowayne.blogspot.com/2020/12/sailing-with-wallace-stevens.html>. He aquí, como una muestra, la primera viñeta:

Beginnings

In the late sixties Nick Piombino gave me the paperback

Poems by Wallace Stevens edited by Samuel French Morse.

It had a dedication, perhaps from a girlfriend:

“December 13, 1963 – To Nicky ‘… the search / And the future

emerging out of us seem to be one.’ Forever, ***.”

A quotation, perhaps not immediately identifiable

without the Online Concordance. Really, my first encounter,

though I had come across Stevens in The Faber Book

of Modern Verse and other anthologies. That summer,

in Rapallo, I took Nick and his then girlfriend out for a sail

on the Vagabonda II.[†] A sultry afternoon. Nick,

who was to become one of the “L=A=N=G=U=A=G=E” set,

wrote a poem about the event, aptly titled “Without Wind.”

But I could have found the best account in “Sailing After Lunch,”

included in Morse’s Poems: “the gorgeous wheel,”

“the slight transcendence.” Just a few years earlier

we had taken out on the Vagabonda a convalescing Ezra Pound,

“a blown husk,” yet for all that enjoying the summer breeze

and listening intently (I have a photo) to something

my father Bubi (his doctor) was explaining. (The Wallace Stevens Journal,

44:2, Fall 2020: 259-60)

De tales cosas están hechas las vidas (académicas). Para repetir y concluir, veo mi trabajo en la academia, el periodismo, la traducción, el cine, la poesía (y, desde luego, en las lenguas que hablo y escribo) como parte de un particular proyecto en el cual registro mi “periplum” –lo que es y era vivir y experimentar el mundo artístico, social, natural y personal en el que tuve la fortuna de nacer. Hago esas notas para mí mismo, pero siempre dirigiéndome a un público que podría beneficiarse de mi relato para entender mejor a algunas figuras mayores y menores y su ambiente. Las reacciones contemporáneas a estas son importantes porque cuando el tiempo pasa mucha información se pierde y uno puede echar mano de toda la ayuda disponible para recuperar la voz viva de un escritor tal como era entendido y percibido. Semejantes relatos pueden ser invaluables.

Su: Ezra Pound parece compartir su sentido de la interdisciplinariedad. Se opone a la categorización simple, y eso es lo que lo hace innegablemente único. Su estrategia poética del “periplum” le permite viajar a través de una enorme riqueza de fuentes. Los Cantos, “un poema que contiene historia”, es por esencia una obra trasnacional basada en una multitud de diferentes temas y campos de humanidades y ciencias sociales, en particular lenguas, literatura, historia, economía y política. A diferencia de las narrativas lineales que se hallan en la épica tradicional, como la de Homero o Virgilio, los Cantos emplean un collage de imágenes selectas para generar una composición poética híbrida y transcultural. Algunas citas aparecen en sus lenguas originales, mientras que otras se presentan en inglés. ¿En qué medida Pound, como poeta moderno, prefigura la necesidad de establecer conexiones entre diferentes disciplinas: “el mundo moderno/ necesita tal cajón de sastre para meter ahí su pensamiento”?

Bacigalupo: Pound era un gran conversador, pero aun así su obra se entiende mejor como el soliloquio de un contador de historias. Desde luego, él cita toda clase de fuentes en muchas lenguas, pero no hay nada que no hubiera dicho a sus conocidos. Abre cualquier canto y lo hallarás hablándote de sus experiencias, creencias y lecturas: “en la tienda empapada hay silencio/ ojos resecos en descanso (LXXXIII). Esto es algo de su tienda en Pisa, en septiembre de 1945. “ 靈/ Nuestra dinastía llegó debido a gran sensibilidad./ Todo allá por el tiempo de I Yin/ todas las raíces por el tiempo de I Yin/ 伊尹” (LXXXV). Aquí está cantando acerca de la continuidad de una tradición de conocimiento desde la antigua China hasta Ezra Pound. A él siempre le gustó repetir frases con pequeños cambios, por énfasis. Pero se trata siempre de su voz hablándonos con distintos grados de emoción. Lo que quiero decir es que su obra es “interdisciplinaria” en la medida en que su cabeza (como la nuestra) está siempre haciendo conexiones entre información de fuentes de toda clase —escrita, visual, musical, personal. Todo lo que hace es registrar lo que ocurre en su mente cuando participa en sus variopintas actividades.

 Su: En Posthumous Cantos (2015) usted menciona las “variantes, correcciones y adiciones” a los manuscritos de Pound que son el resultado de su tendencia a cambiar su obra continuamente. Dada la magnitud de las culturas interdisciplinarias y épocas que coexisten en los Cantos, ¿puede decirnos cómo tratar con las extensas revisiones y reescrituras de Pound en la investigación archivística? ¿Requeriría uno cierto conocimiento del italiano, chino, francés, latín y otras lenguas para involucrarse del todo en los manuscritos?

 Bacigalupo: Pound tenía un ligero conocimiento de griego y latín, y un rudimentario conocimiento del chino (sólo muy tarde aprendió por sí mismo algo de chino, en los cuarentas y cincuentas). Su italiano era idiosincrático pero competente y su francés era muy bueno. No sabía más (de hecho, menos) que otros europeos y estadounidenses de su tiempo. Desde luego, tenía una pasión por la erudición y por investigar escritores medievales, y en esa medida un conocimiento especial de algunos periodos. Esencialmente, esperaba que los lectores compartieran su pasión por la antigua poesía de Provenza, Italia y un poco de inglés antiguo —lo que vino a encontrar y amar en sus estudios. En consecuencia, sus lectores y editores debían estar familiarizados con los lenguajes que usa, especialmente el italiano. Esto no tiene relación con el proceso de revisión. Pound nunca (o rara vez) revisaba un poema o canto una vez publicado. Como todos los escritores, hizo varios borradores antes de la publicación. Mi edición de Posthumous Cantos es una selección de notas y pasajes omitidos en los Cantos, pasajes que vale la pena preservar y arrojan luz sobre los Cantos. Afrontémoslo: muy poca gente lee el poema de Pound de principio a fin. Posthumous Cantos ofrece textos que van de 1917 a 1967 y son, en su mayoría, interesantes de leer. Así, pueden funcionar como una introducción a los varios estilos y temas de Pound a lo largo de las décadas ─¡de hecho, unos Cantos más breves!

 Su: En “A Few Don’ts by an Imagiste” (1913), Pound argumenta que la “traducción también es un buen entrenamiento si descubres que tu material original ‘trastabilla’ cuando tratas de rescribirlo. El sentido del poema al ser traducido no puede ‘trastabillar’”. En manos de Pound el texto fuente “se hace nuevo” debido a la cultura modernista de acogida, por medio de estrategias ligadas a su desarrollo de una poética de apropiación. Ello es evidente en épocas tan tempranas como la de la composición de Catay (1915). Muchos académicos chinos enfocan su investigación en cuestiones de lealtad y fidelidad en las traducciones de poesía china realizadas por Pound, comparando sus versiones con los originales. ¿Cómo ve usted las traducciones que Pound incluye en los Cantos? Y por encima de todo, ¿qué opina de su relación con obras italianas y qué tan diferente es su “italocentric worldview”, para usar su frase (Ezra Pound, Italy, and The Cantos), de su relación con otras culturas?

 Bacigalupo: En los Cantos Pound introduce versiones y pastiches; son poemas derivados de textos que consideraba bellos e instructivos. Homero en el canto I, Ovidio en el II, Cavalcanti en el XXXVI, el Shosho Hakkei en el XLIX, Hannón de Cartago en el XL. En cuanto a Italia, el involucramiento de Pound en la política italiana, su creencia de que las reformas de Mussolini eran económicamente sanas, su apoyo a la invasión italiana de Etiopía y más tarde la entrada en la Segunda Guerra Mundial al lado de Alemania y Japón, todo ello hace a la historia de Italia central para entender su obra. Por ejemplo, la campaña del gobierno fascista para persuadir a los italianos de que fueran más fértiles (producir más descendencia) se refleja en los “cantos de fertilidad” XXXIX y XLVII, tanto como la Batalla del Trigo, que estuvo orientada a incrementar la productividad a fin de que la economía italiana fuera menos dependiente de las importaciones. Los Cantos pisanos, por supuesto, comienzan con la imagen de Mussolini y su mujer colgando “de los tobillos” en Milán el 29 de abril de 1945. Y los socios de Mussolini, Alessandro Pavolini y Ferdinando Mezzasoma (también ejecutados) son saludados por su primer nombre en el canto LXXXIV. Hay muchísima historia italiana de aquella época en los Cantos. Es un hecho curioso que incluso episodios menores sean contados ahora en obras de referencia sólo porque forman parte de la biografía de Pound y, por tanto, de su poema autobiográfico. Entre los estudiosos de la literatura inglesa y estadounidense ha habido una moda de escribir acerca del fascismo en Pound y otros. Ello es problemático porque sólo los historiadores tienen la calificación necesaria, y se debe al menos saber italiano bien antes de aventurarse en tan complicadas y muy investigadas materias. Por ejemplo, aunque mi campo es la literatura estadounidense y mi inglés es muy fluido, dudaría en escribir acerca del New Deal y, digamos, William Faulkner. No soy historiador. Pero muchos colegas británicos y estadounidenses que no son historiadores y hablan muy poco italiano creen que pueden escribir acerca del fascismo de Pound. Esto fácilmente conduce a errores y a énfasis fuera de lugar. Hay también quienes ven subtextos fascistas donde no los hay. Por ejemplo, en el canto XXV hay un episodio cómico acerca de unos cachorros de león llevados a Venecia. He leído una interpretación que perdía por completo el humor (Pound era frecuentemente jocoso) e insistía en implicaciones ideológicas (fascistas) del pasaje. Y esto en un canto publicado en 1927, cuando los contactos de Pound con la política italiana eran prácticamente nulos. Uno tiene que contextualizar y no sobreinterpretar. Pound esperaba escribir poesía que pudiera entretener e instruir. No siempre lo logra, pero flaco favor le hacemos si perdemos de vista el placer que tiene en contar historias en alguna clase de canto musical.

Su: Basil Bunting en “On the Fly-Leaf of Pound’s Cantos” describe muy bien los Cantos en las siguientes líneas:

There are the Alps. What is there to say about them?

They don’t make sense. Fatal glaciers, crags cranks climb,

jumbled boulder and weed, pasture and boulder, scree,

et l’on entend, maybe, le refrain joyeux et leger.

Who knows what the ice will have scraped on the rock it is smoothing?

There they are, you will have to go a long way round

if you want to avoid them.

It takes some getting used to. There are the Alps,

fools! Sit down and wait for them to crumble!

La impenetrabilidad y opacidad de las alusiones en varias lenguas parece disuadir a los lectores de implicarse a profundidad en la obra. En Ezra Pound, Italy and The Cantos (2020), usted indica que “a medida que pasa el tiempo, su mezcla idiosincrática de lenguas desanima a todos, excepto a los lectores más decididos”. ¿Cómo podríamos continuar animando a las nuevas generaciones de estudiantes y académicos a leer los Cantos?

Bacigalupo: Casi todos los grandes poetas son recordados sólo por unas pocas páginas. Los Cantos serán leídos por estudiosos y gente interesados en los dramas del siglo pasado en Europa y Estados Unidos. Pound se dirigió a sus contemporáneos con algún éxito. Un poeta no puede esperar mucho más que un cuerpo de lectores que siguen su obra cuando aparece. Él disfrutó de este ascendente sobre mucha gente, que perdonó sus locuras y ocasionales cegueras por el bien del placer y de la música. ¿Cómo presentarlo a los estudiantes?: ¿Han leído el episodio de Dionisos y los piratas en La metamorfosis de Ovidio y el canto II, y se han preguntado por qué un poeta estadounidense en 1922 rescribiría a Ovidio? ¿Es el resultado conmovedor? ¿Está celebrando el vino? Sin duda, Ovidio será estudiado mientras haya escuelas. Su imitador moderno es parte de la literatura del siglo XX y bien vale la pena conocerlo. Pound es con frecuencia atractivo para la gente joven, en especial como prosista, debido a su franqueza e irreverencia. Más tarde aprendemos que su lista de lecturas excluye mucho de lo que es tan importante como lo que incluye, pero su lista es siempre un comienzo. Ese fue mi caso.

Su: Con la publicación tanto de la influyente monografía de Hugh Kenner (The Pound Era, 1972) y el artículo de Marjorie Perloff (“Pound/Stevens: Whose Era?,” 1982), el legado de Pound ha sido asegurado en los círculos académicos. Su astuta comprensión de la poética continúa fascinando e inspirando a generaciones de escritores, poetas y artistas. Su influencia constante pervive incuestionada y sólo motivará más productos creativos en todo el mundo en los años por venir. ¿Estamos todavía en la era Pound y puede el llamado modernista a un “Hazlo nuevo” todavía aplicarse en el contexto actual? ¿Ha influido Pound a algún poeta italiano contemporáneo como para escribir en la misma vena poética? ¿Hay todavía influencia poundiana en la poesía contemporánea?

Bacigalupo: el Momento Pound tuvo lugar en los sesentas y setentas. De entonces ahora ha caído en desgracia, debido también a la poco meditada publicación de sus transmisiones de radio de la época de la guerra. Su influencia puede continuar, pero los escritores tienen menos ganas de admitirla. Creo que Cambridge publicó una historia de la poesía estadounidense en la que Pound fue por completo omitido (The Cambridge History of American Poetry, editada por Alfred Bendixen y Stephen Burt, Cambridge UP, 2014), al tiempo que fue ignorado en el libro de Greil Marcus y Werner Sollors, A New Literary History of America (Harvard UP, 2012). Esto no tiene sentido, pero sabemos que hay una tendencia a rescribir la historia y expurgar hechos y personas que no satisfacen nuestras convicciones actuales. Los profesores de inglés básicamente no quieren ningún problema. Así que por qué enseñar Huckleberry Finn o, para el mismo caso, Otelo. Nadie protestará por la exclusión de Pound del currículum universitario; quizá algunos cuantos insistirán en enseñar El mercader de Venecia, sea cual sea el peligro. Pound tuvo una influencia notable en los poetas italianos de la posguerra, ahora menos. Es mucho más publicado en Italia que en otras partes. Por desgracia, hoy es sobre todo conocido como el inspirador de CasaPound, una bien patrocinada organización neofascista, y muchas librerías no expenden sus libros.

Su: La tendencia académica reciente sobre Pound está tomando dos direcciones. La primera incluye “ediciones críticas”, que requieren expertos para llevar a cabo la paleografía. Esos expertos visitan archivos que resguardan textos originales, los cuales son escrutados para dar a conocer variantes y errores en subsecuentes publicaciones. Luego de un escrupuloso proceso de detección, los estudiosos que adoptan este enfoque escriben detalladas notas explicativas que delinean y restauran la transmisión histórica y complejidad de la obra. Por ejemplo, la emblemática edición crítica de Timothy Billings, Ezra Pound’s Cathay (2018), subraya que Catay no debería ser leído puramente como “traducciones”. Tal interpretación refuta el eterno mito de que Pound tiene de algún modo un ojo clarividente para “leer” la poesía china. Catay es en cambio una amalgama de transcripción oral y revisiones constantes producto del esfuerzo conjunto de eruditos japoneses (Mori Kainan y Nagao Ariga), que eran también especialistas en literatura china. En adición, The Blue Spill (2018), de Mark Byron, saca a la luz una hasta entonces desconocida novela de detectives escrita por Pound y su compañera, Olga Rudge. Las prolijas notas de Byron revelan diligentemente los intereses de Pound en narraciones que pertenecen a este género de misterio. Aunque la novela está incompleta, la edición crítica da luz sobre este desatendido asunto. A ello se añade la Guide to Kulchur (2018), de Anderson Araujo, que sirve como un glosario para el desafiante libro de Pound. Las notas son lúcidas y exhaustivas. Funge como “acompañamiento” y con frecuencia hace conexiones explícitas con los Cantos. Esas ediciones críticas, que forman parte de un creciente campo de estudios de manuscritos, se enfocan exclusivamente en un único texto del poeta. La segunda dirección de la academia actual sobre Pound consiste en volúmenes que consideran la naturaleza heterogénea e interdisciplinaria de su obra. Por ejemplo, The Edinburgh Companion to Ezra Pound and the Arts (2018) reúne una amplia gama de capítulos que buscan examinar la complicada y dialógica relación entre la poética de Pound y varios puntos de su vida y las artes de que estaba rodeado. Cada capítulo contiene un tema, tales como las primeras visitas de Pound al Museo Británico o las influencias del Futurismo italiano en el Vorticismo. Además de este, el proyecto multivolumen en tres partes, Readings in The Cantos (2018-2022), surge de las reuniones del London Cantos Reading Group. La contribución de cada uno de los investigadores se basa en su especialidad. El primer volumen, que abarca el poema desde su falso principio hasta el canto XXXVII, ya ha sido publicado. La tesis general del proyecto subraya la valía de un esfuerzo académico global para descifrar la complejidad y obscuridad de la obra magna de Pound, y sugiere que un investigador por sí solo sería incapaz de aprehender el alcance ilimitado del poema. ¿Cómo se presenta la investigación futura sobre Pound? ¿Cómo podrían los investigadores continuar ocupándose del poeta con un enfoque interdisciplinario?

Bacigalupo: La más notable contribución reciente a los estudios sobre Pound está en línea y es de Roxana Preda, The Cantos Proyect, con carácter permanente, que en algún momento proveerá detalladas notas sobre todos los cantos. Los otros proyectos que mencionas son típicos trabajos académicos, cuya valía depende de la competencia de cada investigador. Pocos se dirigen al punto de por qué y cómo Pound vale la pena de ser leído. Y, por supuesto, todos los investigadores cometen errores y podrían poner en circulación interpretaciones sin bases y lecturas erróneas. Uno tiene que ejercer el juicio tanto cuando lee a académicos como cuando lee la propia crítica de Pound, que era siempre un producto del momento. En cuanto a la crítica textual, esta es también una cuestión abierta a debate. Hay teorías textuales correctas e incorrectas. Hace unos años, una edición “corregida” del Ulises de Joyce se publicó con aclamación general, sólo para ser desacreditada muy poco después. Los únicos errores que realmente necesitan ser “corregidos” en los Cantos son las líneas “mejoradas” por sus editores ante la insistencia de expertos que pensaban que sabían mejor que Pound lo que quería o quiso decir cuando escribía. El libro de Barbara Eastman, Ezra Pound’s Cantos: The Story of the Text (Orono, Maine, National Poetry Foundation, 1979) discute la mayoría de esos cambios y gracias a su información cualquiera puede mejorar su propia copia impresa de los Cantos. Tal vez Pound se halla no tanto necesitado de investigación como de lectores o maestros que entiendan lo que es de valor en su obra y puedan comunicarlo a la próxima generación. Su importancia no debe exagerarse, debe permitírsele hablar por sí mismo. De ese modo, podría todavía atraer a jóvenes que durante años recordarán y quedarán fascinados por la inagotable leyenda de Ezra Pound.

 


Kent Su es profesor en la Shanghai International Studies University. Sus investigaciones se centran en arte modernista y poesía, ecología, tradiciones filosóficas chinas, literatura comparada y estudios trasnacionales. Massimo Bacigalupo es profesor emérito de la Universidad de Génova y vicepresidente de la Academia Liguria de Ciencias y Letras. Sus investigaciones se orientan principalmente a poesía y poética, cánones literarios occidentales, literatura modernista de Estados Unidos, Inglaterra e Irlanda, y traducción literaria.

 

[*] Agradecemos a Massimo Bacigalupo y Kent Su la autorización para traducir y publicar su diálogo, aparecido en Interdisciplinary Studies of Literature, vol. 6, núm. 3, 2022, pp. 377-388.

 

[†] N. del T.: se trata de un pequeño velero perteneciente a la familia Bacigalupo que se halla anclado en los muelles de Rapallo. Dejo sin traducir el texto para no interferir en los rasgos estilísticos del original.