¿Háblenos de cómo fue su comienzo?
Cuando reflexiono sobre mis comienzos en el mundo del arte me voy muy atrás, a mi niñez y pienso en la inmensa suerte de estar dedicándome a lo que he amado toda mi vida. Empezamos a caminar casi sin darnos cuenta hacia aquello que nos hace feliz. El paso del tiempo ha hecho que mi profesión sea mi forma de estar en el mundo, puedo decir que dibujar, esculpir, idear, crear, es lo que amo desde que nací.
Hay artistas que son autodidactas. En su caso usted posee una formación académica. ¿Siente que esa formación pueda funcionar como un límite o la ayuda a desbordarlo?
El artista trabaja siempre desde su intuición, pero debe modelarse con la técnica. Es muy importante cultivar y ensayar nuestras cualidades para completar la experiencia artística hacia el mejor fin. El trazo y el gesto que corresponden también a una forma de sentir, a nuestra forma particular de trasladar las emociones, son siempre transformados a base de práctica, técnica y dedicación. La academia es una experiencia muy interesante para un artista, refueza sus cualidades y le proporciona horizontes donde mirar en un período de gran crecimiento.
¿Cómo fue el desarrollo de La línea, la curva, la elipse, expuesta en el IVAM?
El estudio del trazo me ha proporcionado una visión propia del espacio y un interés en la búsqueda de su movimiento y vibración. La exposición La línea, la curva, la elipse fue la manera de mostrar el trabajo de una década en una exposición de 1500 m², en cinco salas consecutivas, donde pude exponer, desde mis libros de artista que son mi germen creativo y donde fecundo todas las ideas, a esculturas a gran formato de piezas transitables. Esta exposición me proporcionó una experiencia muy transformadora, me sigue dando frutos, el análisis de su creación y conceptos me abrió un nuevo territorio a explorar y me acercó de una manera crucial a los temas que estoy tratando en la actualidad.
¿Cómo es el proceso de creación de su obra y la elección del tamaño y el material en sus esculturas?
En un principio comenzaba dibujando, porque el dibujo siempre ha sido el germen de mi creación. Luego mi trazo se desplazó hacia la ocupación del vacío, se hizo aéreo, más inmediato y sistemático, donde las líneas se iban forjando solas en el espacio. La decisión de los materiales tiene que ver con la investigación del tema en el que esté trabajando o a la experiencia que quiera cultivar en ese momento. Mayoritariamente trabajo con madera o con metal, pero plásticos, papel, distintos materiales forjan cualquier idea y también modelan su intención. La escala de mis trabajos va desde lo humano a lo monumental y su carácter es de acogedora transitabilidad. Mi escultura se siente y se vive desde dentro
Usted dijo que la exposición: La línea, la curva, la elipse, expuesta en el IVAM, fueron creadas para ese lugar. ¿Puede esa idea de espacio, tan específica, ser trasladada a otro espacio? ¿Ese traslado, como en la literatura las traducciones modifica la lectura, ese otro lugar, modifica la vida del espacio original que la generó?
Sin lugar a duda, la escultura siempre es un espacio transformador. La obra contamina el espacio y el espacio la propia escultura. Se transforma en sí y a su vez también los componentes que hay alrededor, la luz, que es uno de ellos, puede transformar mis proyectos en una experiencia totalmente diferente.
Dijo: En el comienzo de todo está el dibujo. ¿Siempre fue así para usted?
Si, en efecto, el dibujo me ha acompañado siempre y ha sido mi primer medio de expresión, mi primer testimonio artístico. Dibujo y emoción habilitan la entrada de mi mundo creativo a cualquier proyecto.
¿Qué puede decirnos de la importancia de los cuadernos de viajes en su vida y en su obra?
Los cuadernos de viaje son como laboratorios de ideas. Siempre que viajo llevo cuadernos en blanco donde trabajo las experiencias de ese tránsito. De vez en cuando meto algún texto pero lo que sí intento es plasmar espacios y traer ideas o emociones que siempre se refuerzan en los viajes, puesto que son momentos en los que uno cambia su rutina y son nuevas oportunidades para la creatividad.
Consuelo Císcar ha dicho de su obra: Mar Solís ha consolidado un estilo directo, que transforma la realidad en signos, que pueden ser entendidos desde la abstracción pero con un trasfondo figurativo y enigmático. ¿Cómo se da en su obra ese traspaso de la realidad al signo, dentro del espacio de la escultura?
Soy una artista claramente abstracta, pero los componentes de mi escultura son orgánicos, imitan los ritmos de la vida. Mi escultura habla de la transformación de los bosques, del ser humano, de la naturaleza, de todo lo que crece. Para el artista, la creación de símbolos se traduce en la generación de un lenguaje propio y personal. Lo hacemos desde nuestra propia interpretación, yendo a lo más profundo del lenguaje humano, pues buscamos en ese símbolo esa pregunta inspiradora con vocación de eternidad.
¿Cómo encara un espacio abierto, un parque por ejemplo, y un espacio cerrado?
En un espacio abierto lo primero que tenemos que observar es qué elementos lo circundan, qué alimenta ese espacio, para intentar hermanar lo que voy a proponer con lo que ya existe. La convivencia tiene que ser plena, una escultura ya es un hito en si, tiene en si misma fuerza y significado propio pero debe armonizar con los entornos que la circundan, tiene que convivir plenamente con ellos para afianzar la convivencia plena del observador con el arte. Cuando un artista trabaja en un espácio público conoce la responsabilidad social que tiene su trabajo con el transeúnte y debe entender que cualquier escultura, cualquier manifestación artística, siempre tiene que estar a favor del ser humano desde lo más profundo. El espacio cerrado, la galeria o el museo, permite una muestra sin interferencias con resultados más pulcros. Para un artistas los dos campos son interesantes e imprescindibles. Pero el alma del escultor siempre clama la monumentalidad.
¿Cómo logra unir dos disciplinas con carácter tan fuerte, la escultura y la escenografía, en una sola obra?
La escenografía siempre está ligada a las ideas de dirección y a la interpretación de un texto, cosa que no hago cuando estoy sumergida en mi trabajo artístico. Particularmente me encanta trabajar de esa manera porque me libera, me saca de un mundo propio para meterme en un guion. Muchas veces he convocado espacios cotidianos en teatro y me gusta hacerlo porque salgo del modo abstracto y para mi es como un juego. Sin embargo, la creación de un mundo particular, de un mundo íntimo es muy diferente al de una creación escenográfica, pero sí es cierto que lo que los conjuga es que mi obra artística tiene cada vez más carácter de instalación.
¿Cómo elige el material? ¿Es el tema o el artista quien lo impone?
El material surge de la investigación sobre lo que esté trabajando en ese momento, un material que aparece en mi vida y de repente me apetece trabajar con él, o de repente el tema que me ronda en la cabeza o la emoción que me esté causando en ese momento algo hace trabaje hacia un material o hacia otro y evidentemente el material cambia el significado de la obra porque siempre lo potencia.
En su serie Habitares, incorpora la fotografía. ¿Cómo fue esa experiencia?
En Habitares hablé de mi experiencia creativa, de mi ser artístico femenino. Trabajé con una modelo y al positivar la imagen comencé la transformación volumétrica, rasgando desde el centro toda la superficie, y desplegándolo en distintas formas. Todo de una manera muy abstracta pero siempre desde la figura humana. Fue una experiencia muy interesante y única. Con respecto a la técnica, la fotografía me aportó una inmediatez y una reflexión absolutamente diferente a la que estoy muy agradecida y que aporta desde aquel entonces algo muy importante a mi obra.
¿Le costó tomar distancia de su obra más representativa trabajada en madera?
Mi obra en madera me seguirá siempre, es mi primer trazo de investigación, es una línea que se produce desde mi propio gesto, yo soy mi propio eje, soy mi compás y ese primer pulso siempre estará conmigo haga lo que haga; cuando estoy dibujando, cuando estoy fotografiando, cuando estoy esculpiendo, siempre nace de mí. También el material, la madera es un ser vivo maravilloso y un buen compañero de trabajo desde el principio de mi carrera y haga lo que haga eso siempre estará ahí. Pero mi trabajo es de investigación y no voy a limitarme a la hora de seguir mi proyección y de guiarme hacia nuevos propósitos, el artista debe trabajar con el corazón y el alma y la mente abiertas.
¿Cómo ve usted hoy a los museos y las galerías, no sólo con respecto a la escultura, también con respecto al arte en general? ¿Se actualizan o están aún tomados y tomadas por viejos criterios?
Creo que estamos en un momento de gran cambio que es muy placentero vivir como espectadora y como artista. La muestra en los museos busca una forma de mirar más contemporánea, cercana y completa, acompañada de las nuevas tecnologías. Particularmente me encanta ver las exposiciones de grandes museos y pinacotecas que invitan a artistas contemporáneos, sumando lo contemporáneo y lo clásico, acercando la experiencia artística al público de una manera más natural. Lo considero una suerte de estos tiempos y está causando una evidente transformación de las muestras de los museos actuales.
Usted ha participado en la Feria Arco que se realiza en España. ¿Siente que las ferias han sumado a su trayectoria y a la movida del arte?
Por supuesto, estar en cualquier feria internacional es imprescindible para un artista, lo posiciona en el mercado y lo autentifica frente al mundo del arte. Siempre es importante que el mundo del coleccionista cuente con todos los artistas que estamos ahora mismo trabajando y transformando el mundo del arte, y la verdad es que a todos nos gustaría estar no solamente en ARCO sino en todas las ferias internacionales posibles. En este mes de diciembre próximo estaré de nuevo en otra feria internacional, Art Miami.
¿Las subastas y los coleccionistas, ¿han movido el eje por el cual se reconoce el talento de un artista?
La obra de un artista está en constante transformación y se forja desde un trabajo constante y serio a lo largo de toda una vida. Evidentemente todo ayuda a que el talento del artista se certifique y verifique, críticos, comisarios, galeristas, exposiciones, museos, casas de subastas, coleccionistas, etc. Es cierto que las subastas son una forma. Pero el valor de la obra de arte es un valor fluctuante que cambia con la intensidad con la que trabaje tanto el artista como los que lo representan.
Usted dijo: No hay correspondencia entre la visibilidad de las mujeres artistas en el mercado del arte con la calidad y potencia que hay en todas nosotras. ¿Entiende que las artistas mujeres sufren de marginación?
Lo que veo sinceramente a mi alrededor es un inmenso plantel de mujeres artistas que trabajan extraordinariamente y que tienen unas obras y cualidades alucinantes. En el sector artístico hay muchos más artistas masculinos exponiendo que mujeres, eso es una realidad, no hay que cerrar los ojos ante ella. Sí, necesitamos más visibilidad, simplemente porque hay muchas artistas muy buenas en España que nos dedicamos a ello en plenitud. Mi forma de luchar por ello es en el taller, produciendo obra, pero sí le pediría a los museos que atendieran más a las artistas femeninas y sí le pediría a las galerías que buscaran ese ratio y observaran el tanto por ciento y procuraran si no tienen artistas femeninas en su plantel preguntarse por qué.
¿Lo social, lo político, tienen influencia en su obra?
Nadie está exento de su momento actual, yo no hago arte político ni hago arte social; mi vinculación con el arte es desde la abstracción y desde la emoción. Pero evidentemente el artista no está exento de la vida y del momento que le toca vivir. El arte se contamina de todo porque se alimenta de todo. El arte es vida.
¿Cómo ve la escultura hoy en España?
En general la escultura está contaminando todos los grados del arte, así es como lo veo, no solo en España sino en el mundo. El arte ha dejado de ser bidimensional. Todos los artistas trabajan las tres dimensiones de una u otra manera, la ocupación y la transformacion del espácio es en estos momentos una forma muy natural de expresarse en el arte. España siempre ha sido cuna de grandes escultores que estamos dando una versión magnífica de la escultura de gran nível. Lo que si requereríamos todos los artistas españoles sería mayor ayuda de las instituciones para una mayor expansión a nivel internacional.
¿Qué influencia y uso tienen en su obra las tecnologías en general?
Cada vez estoy más adherida a las nuevas tecnologías, me parece que forman parte imprescindible de la nueva comunicación humana, del nuevo arte, la nueva tendencia artística y que tenemos mucho que contar desde ellas. Las nuevas tecnologías nos regalan el espacio virtual, añaden algo más a los espacios cotidianos y físicos donde trabaja el artista. El espacio virtual proporciona al artista nuevos mundos para nuevas interpretaciones entre lo sentido y lo vivido.
¿En qué proyecto se encuentra trabajando?
El proyecto en el que me encuentro ahora sumergida se titula Fúrico. Son espacios muy dinámicos, que tienen que ver con un constante movimiento, con un movimiento infinito, con los estados de vibración de la materia, la generación y creación de nuevos mundos. Son espacios que están en alta transformación. Estoy utilizando los materiales básicos que me han acompañado toda mi vida, como la madera y el metal, pero estoy también haciendo dibujos de grandes dimensiones que van a apoyar el nuevo rumbo que está tomando mi carrera artística y que tiene un caracter más experiencial e instalativo.