Reflexión sobre el pasado, presente y futuro de la Revista de la Universidad de México
La cultura sobrevive, no vive. Trazando una vista atrás hacia la etimología de este término, sobrevivir procede del vocablo latino supervivere, es decir, vivir a pesar de las grandes dificultades que esa tarea vital conlleva. En efecto, las últimas décadas son un reflejo del estado y opinión extendida sobre las prácticas de desarrollo cultural; los procesos económicos, avances tecnológicos y mayormente una reticencia social y la falta de valorización han enfrascado los esfuerzos de difusión cultural en un tarro de mermelada que se resiste a abrirse. Por suerte, todavía existen, y en gran cantidad, iniciativas capaces de comprimir esas grandes dificultades y reducirlas, y aunque no sea al cien por cien, sí consiguen transformar la sobrevivencia en una convivencia entre cultura y sus múltiples antagonistas. La Revista de la Universidad de México se adecúa y epitomiza el valor y labor difusor tan necesitado en nuestra contemporaneidad. Conformándose como la publicación más longeva de México, nacida allá por 1930, la revista forma parte integral de la vida universitaria e intelectual. A través de acercamientos multi-temáticos, este proyecto sirve de espacio de reflexión y diálogo que mensualmente acoge voces de diferentes campos culturales y literarios para abordar temas de actualidad desde variados puntos de vista.
Volvamos al término de convivencia al que se hizo mención más arriba. Dice el dicho que si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él. Efectivamente, la Revista de la Universidad de México inició recientemente su nuevo espacio virtual y digital, ofreciendo tanto una versión más tradicional en formato impreso, así como una plataforma en línea, digitalizada, que pretende acercarse a sus lectores y oyentes, ampliando la oferta y trayendo a colación una propia historiografía de sus pasados números, 800 ediciones publicadas en más de 80 años, completamente descargables a través de este nuevo sitio en línea. El uso de la tecnología y la inversión de capital y humana ayudó a la revista a formalizarse como él vehículo de propagación, reflexión y crítica intelectual del México contemporáneo. Con solo echarle un rápido vistazo a su interfaz uno se da cuenta del mucho trabajo y dedicación que subyace en el fondo. Además, aunque pueda parecer cosa de niños, el aporte visual del que se acompañan los escritos de la Revista, ya sea fotográfico, escultórico, pictórico, etc., crea una atmósfera de recepción beneficiosa para el objetivo de esta publicación; un maremágnum de contenido cultural que busca amplitud de públicos y nuevos espacios de discusión. Además de un dossier monográfico que incluye traducciones y rescates históricos, cada número ofrece una sección de artes visuales, otra de ensayos científicos, políticos, de arte y literatura, y una más que da cabida a reseñas de libros, películas, obras de teatro, exposiciones, música, entre otras manifestaciones culturales.
Siempre se dice que experimentar es bueno e incluso hasta necesario. Pues bien, eso es exactamente lo que hizo la Revista de la Universidad de México. Su versión anterior en línea, como cabe esperar, presenta un formato tradicional, escueto, menos elaborado, fácil de manejar y con servicio de descarga de números previos. Claro que eran otros tiempos, lo que implicaba ciertas limitaciones. Pero el pasado es pasado, y ahora concierne el presente y el futuro. Sirva ofrecer un ejemplo curioso e inesperado. ¿Quién no conoce la saga del Señor de los anillos de J.R.R. Tolkien? Quizás si hablamos de la película homónima nos vengan a la mente personajes concretos que han marcado nuestra experiencia con el hilo narrativo por algún motivo. Gollum es un ejemplo, el hobbit motivado constantemente por sus ansias de poder y control de la Tierra Media. La razón de traer a colación esta fantasía narrativa sobre tiempos lejanos es sencilla: en la nota editorial al número de enero de 2018, Guadalupe Nettel utiliza esta figura avariciosa y extorsionista, inclusive mostrando un retrato en primer plano de la criatura, para reflexionar sobre el estado de la cuestión política en varias geografías y sobre el destino precipitado de poblaciones producto de prácticas económicas que poco les benefician. Contenido cultural que se aprovecha de la condición digitalizadora del mundo actual para ofrecer accesibilidad gratuita a un clic de ratón y de calidad, para perderse en una tarde de cotidianeidad rutinaria.
La convivencia, por lo tanto, existe, y, bien manejada, ofrece resultados positivos. El objetivo es crear un ojo crítico y reflexivo y actualizar en un soporte en línea las preocupaciones e iniciativas intelectuales y populares del momento, haciendo de la Revista un espacio de referencias que reclama reconocimiento. Aún más, sí.
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