Roma | amoR
mis alas rotas en esquirlas de aire,
mi torpe andar a tientas por el lodo;
lleno de mí —ahíto— me descubro
en la imagen atónita del agua,
que tan sólo es un tumbo inmarcesible,
un desplome de ángeles caídos
a la delicia intacta de su peso,
Muerte sin fin, José Gorostiza
Experimentar Roma (filme en el cual Alfonso Cuarón regresa a su mítica y fundacional Colonia Roma de los años 70) no solo es como ese riachuelo que irrumpe como un torrente al metafórico renacer acuoso, sino que es una luciente presencia de la muerte como tropo que surge en filmes anteriores del director como en Y tu mamá, también (2001), Children of Men (2006) y Gravity (2013); filmes donde la summa poética llega a un apogeo en la carrera del director. El indiscutible hilo conductor entre los tres filmes mencionados y Roma es la presencia del agua como salvadora de la vida misma, e incluso más allá, como aquel elemento que limpia el ser purgando emociones causadas por una culpa capital, una experiencia catártica tanto para el personaje principal como para el receptor llegando al estado sublime del espejado estado de amoR en Roma.
La película Y tu mamá, también, recordada con bastante frecuencia por Slavoj Žižek en The Pervert’s Guide to Cinema (2009), es el punto de partida del escenario clasemediero semi-bougie con la fuerte presencia de un tópico clasista. La estructura se muestra de muchas maneras sutiles en la carrera fílmica de Cuarón. Habrá que recordar iniciática aventura de Tenoch Iturbide y Julio Zapata (directamente relacionados con los noms de guerre Agustín de Iturbide y Emiliano Zapata) de la mano de Luisa Cortés (como un paralelo peculiar con Hernán Cortés) que es la mujer madura de ascendencia española. Así pues, Cuarón nos dirige a la playa, como suele hacer un riachuelo, envueltos en un delta de emociones que termina en la gran Boca del cielo, playa curandera de todas las culpas y donde los tres se exponen a sí mismos. El viaje físico y emocional realizado por los tres guerreros los lleva a una anagnórisis singular. Los dos jóvenes, Iturbide y Zapata, ven la muerte de su juventud y, a su vez, de su amistad; su contraparte enfrenta otros temores y supera el duelo con su propia muerte, no la figurada, sino la real. La tríada se separa con la realización de su transformación de su yo.
Otra tríada de Cuarón aparece en la película post-apocalíptica británica, Children of Men, que, después de la muerte de Baby Diego, el último niño (ya adulto) que se pudo engendrar en el mundo. El tórrido viaje comienza cuando Julia Taylor (parte de los radicalizados Fishes) convoca a su ex esposo Theo Faron para que lleve a Kee a través de los campamentos de refugiados con el fin de encontrar un barco frente a la costa donde encontrarán una cura para la infertilidad. Kee (pronunciación similar a Key) es claramente el secreto del enigma de este mundo distópico. La simbología cristiana está en una armonía constante en la película, llevada hasta el final, donde la existencia de un recién nacido es capaz de detener una guerra por el bien común de la humanidad. En los créditos de cierre, después de que Kee se encuentra con el barco frente a la costa, la película termina con el sonido de niños jugando en el fondo dando esperanza y cerrando el filme. Una vez más, cuando Theo muere al ser disparado en un pequeño bote que protege a Kee del peligro, el agua es un vehículo catártico para la salvación de la humanidad.
En Gravity, de nuevo, tenemos tres personajes principales, Matt Kowalski, el siempre alegre explorador del espacio; Ryan Stone, una médico socialmente desquebrajada que se une a una aventura espacial, y al Planeta Tierra con sus elementos continuamente amenazantes. Los tres personajes principales se presentan de una manera en que siempre están entrelazados de principio a fin. Matt Kowalski es el vehículo de reflexión personal para Ryan Stone que ha sufrido la pérdida de una hija; La misma pérdida que salvará su vida hacia el final del filme. Las imágenes espaciales no son nada lejos de un desfile de constante belleza donde los actores muestran sus destrezas como si estuviesen sumergidos en un inmenso océano galáctico. Después de la muerte de Kowalski, Stone se enfrenta a un episodio de supervivencia solitario en el espacio, sola. Su deseo de regresar al Planeta Tierra se representa por la aparición de Kowalski (como una figura parecida a un fantasma) que le dará la ruta para su nuevo viaje. El deseo de regresar al Planeta Tierra está alimentado por los recuerdos y el anhelo de la pérdida de su hija. Su camino turbulento hacia la Tierra la llevará a sumergirse en el lago, donde se redime cuando a su regreso épico, simbólicamente se renueva y aterriza en el agua y emerge como un nuevo ser.
En Roma, Cuarón se remonta al México de su infancia, un lugar donde comenzó su vida mítica como cineasta. Sumergirse en las múltiples capas de Roma podría ser más que un esfuerzo tumultuoso; en cambio, el enfoque que tomo es en torno a las metáforas que se entrelazan en Y tu mamá, también, Children of Men y Gravity.
Al principio podemos percibir que los ecos de cada una de las películas mencionadas desembocan en Roma. Por ejemplo, Y tu mamá, también y Roma comparten el viaje en automóvil a la playa donde como un barco que flota en el arroyo, un automóvil es de suma importancia en ambas películas. Por otra parte, Žižek señaló ya un paralelo entre los problemas familiares caóticos de la película, una serie de separaciones (Antonio dejando a su familia, Cleo sola, abandonada y embarazada, y Sofía, abandonada por su marido). Aunado a lo anterior, en Children of Men se presenta un estado policial similar al que se expone en Roma. Las fuerzas militantes del Estado son una presencia que también se ha mostrado como una imagen recurrente en Y tu mamá, también. Por último aparecen Gravity y Roma que comparten la exploración de un vasto espacio. En Roma, las escenas en que Cleo va al cine con los niños, ven una película que se desenvuelve en el espacio y en la que los astronautas se encuentran como protagonistas principales, algo varados, tal como aparecen en la cinta de Cuarón en 2013. La referencia de los cielos es bastante clara en las cuatro películas, los poetas en efecto, buscan inspiración, a veces se pierden en ese inmenso espacio abierto.
Roma, pues, cae como la Capilla Sixtina de símbolos, lugar donde Yalitza Aparicio debuta como Cleo y se encuentra en el centro donde los signos se unen en el trabajo apoteósico de Alfonso Cuarón. Guillermo del Toro, amigo de Cuarón y conocedor de su trabajo, dio su opinión sobre el filme. Del Toro en un tweet comenta: “La toma de apertura sugiere que la tierra (el terreno infestado de mierda) y el cielo (el avión) están irreconciliablemente lejos, incluso si están unidos, momentáneamente, y revelados, por el agua (la reflexión). Todas las verdades en ROMA son reveladas por el agua”. En mi versión, el agua tiene la función principal no solo de la revelación, pero va más allá de eso, tiene una tradición con un fuerte arraigo en la poesía mexicana. Poesía como la que encontramos en la “Muerte sin fin” de Gorostiza. Versos sublimes que evocan el agua, los ángeles, las alas y la fuerza de “la imagen asombrada del agua”. La reflexión, entonces, se convierte en algo más que un mecanismo estético, pero más bien, el agua se convierte en un espejo donde Roma se espeja y muestra lo más deseado, el ascenso y descenso de ese amor, como aquellos ángeles caídos de Gorostiza.
Marcos Pico Rentería
Monterey, California