Ya no vendrá tu mano por mí
Aguardamos nuestro camión en la central de autobuses.
Tico me ha dicho que espere.
—Ahora vuelvo —repite—. Voy a la tienda. No te muevas de aquí, ¿entendiste? —acaricia mi mejilla y arregla el cuello de mi...
Una maldita eternidad
Faltaba poco para que el hombre llegara.
Vaciló entre organizar y limpiar el patio o matar al dragón.
A su alrededor el patio estaba atestado de basura. Por todas partes había juguetes rotos, cajas vacías, sillas...
Re-cuento Al vuelo
Domingo: las cenizas
Porque si tú existieras
Tendría que existir yo también…
Rosario Castellanos
Lunes: hoy amanecí sin ti. Me sentía desnudo pero no por ello ligero. Desayuné si apetito, mirando a cada rato la puerta, esperando que...
La señora es mexicana, pero muy decente
Para Clara Isabel, por supuesto.
Quizás no sabes, Nereyda, que decidí largarme del hotel donde estaba trabajando en Las Vegas para buscarme un empleo menos duro y pasé el Niágara en bicicleta para poder encontrarlo....