Si el nacionalismo es el apego a la nación, y a todo lo relacionado con ello, entonces el posnacionalismo es lo que viene después, o más allá, de ese apego. Y no solo lo que viene después, sino lo que, dialécticamente, al criticar y rechazarlo, lo reemplaza.
Mi tema, sin embargo, es otro y con lógica inversa. Empezando con lo que damos por sentado: un actual, e hipotético, posnacionalismo en Cuba. Lo cual supone, a su vez, que este rechaza, critica y suplanta un anterior nacionalismo. Como Cuba fue nacionalista, hoy vivimos, a su vez, un posnacionalismo.
Pero ¿Cuba es, o fue alguna vez, nacionalista? Mi reflexión se basa en esa duda. Empezando por varios hechos.
1) La población indígena de Cuba, calculada en unos 60 mil en 1492, fue prácticamente exterminada por múltiples causas, y en 1535 solo quedaban 5 mil, que pronto se fundieron con conquistadores europeos.
2) Entre 1760 y 1882 a la isla llegaron, amén de los europeos en conquista, más de medio millón de esclavos africanos y unos 300 mil asiáticos.
3) Cuba fue colonia durante más de cuatro siglos, es país independiente apenas uno, fue democracia y república “mediatizada” poco más de medio y sobreviviente de dictaduras tres cuartos. Si hubo, o hay, nacionalismo, ha de haber sido endeble, sin tiempo o extensión para producirlo, justificarlo o meditarlo.
4) La Revolución del 59 (como antes las de 1868, 1895 y 1933) empezaron todas como nacionalistas, pero terminaron siendo otras cosas: tregua y pacto con la Metrópoli, intervención del Imperio, democracia frágil, y dictadura marxista, la cual, entre otras cosas, niega el principio mismo del nacionalismo en aras de la lucha de clases.1
¿Qué nacionalismo puede surgir de esa base histórica?
En cambio,
1) Cuba —nido de aves de paso; jefatura de la Flota; Llave del Golfo; lugar estratégico; imán de piratas, esclavos, inversionistas, turistas, peregrinos, bases militares; refugio de naturalistas, terroristas, millonarios enfermos, y curiosos— siempre ha sido cosmopolita. Según María Moliner esto significa: “lugar donde hay gente o costumbres de muchos países”.
2) Fernando Ortiz, en memorable ensayo, señaló, con acertada metáfora culinaria, que Cuba es un “ajiaco”. Todo cierto. Pero a pesar de esa innegable lucidez, no sacó la inevitable conclusión: el ajiaco, criollo o no, en cuyo caldo flotan sus ingredientes —carnes, viandas, especias— es evidencia adicional del cosmopolitismo de Cuba. En la metáfora de Ortiz predomina el caldo, en detrimento de los ingredientes que flotan. El ajiaco no es sólo caldo: es el caldo y lo que flota encima.
Doy a cambio otra metáfora, y utilizo una palabra que ha cambiado de significado. Cuba es un hospital: hospitalario, acogedor, bienvenidero; amparo, refugio, cobijo. Timbiriche. Un hospital acoge no sólo a enfermos. Originalmente acogía peregrinos. De ahí hospicio, moderno derivado.
Todo cosmopolitismo tiene también su reverso. A Cuba, durante siglos, han llegado extranjeros que se han hecho cubanos. Pero también, de Cuba, durante esos mismos siglos, se han tenido que ir muchos cubanos debido a su cosmopolitismo —alguien decidió que no eran suficientemente “cubanos”. Y cuando digo que se tienen que ir, quiero decir más: no figuran en el canon, ni en las historias, ni en las efemérides, mucho menos en la memoria.
Si el predominio cosmopolita reduce el nacionalismo, entonces todo cosmopolitismo supone un posnacionalismo. Cuba siempre ha sido cosmopolita, es decir, posnacional.
No existe una historia del cosmopolitismo en Cuba, como tampoco existe una refutación de ese mítico e hipotético nacionalismo. Estos apuntes míos, a los cuales ahora añado unos cuantos apéndices, no son ni una ni otra. Los apéndices, a su vez, son apenas un puñado de ejemplos.
Darían para todo un libro.
APÉNDICES
I-Posnacionalismo=Ajiaco
“Cuba es un ajiaco. ¿Qué es el ajiaco? Es el guiso más típico y más complejo hecho de varias especies de legumbres, que aquí decimos ‘viandas’, y de trozos de carnes diversas, todo lo cual se cocina con agua en hervor hasta producirse un caldo muy grueso y suculento y se sazona con el cubanísimo ají que le da el nombre… Desde su prehistoria, a esta isla de Cuba han estado viniendo indios. Primeramente, los más arcaicos, los ciboneyes, los guanajabibes, y después los taínos; y acaso algunos caribes en aventura; en el siglo XVI los caribes, los guajiros, los jíbaros, los macurijes, los taironas y otros indios continentales… después, los indios de Yucatán y de México.
Desde 1492 arriban los blancos de Europa y ya no cesan de llegar. Si ya en las carabelas de Colón hubo castellanos, andaluces, catalanes, gallegos, vascos, judíos, italianos y algún inglés, dando entrada de mediterráneos, alpinos y nórdicos de las más apartadas procedencias… Con los blancos llegó la cultura de Castilla y envueltos en ella vinieron andaluces, portugueses, gallegos, vascos y catalanes, canarios. Pudiera decirse que la representación de la cultura ibérica, la blanca subpirenaica. Y también desde las primeras oleadas inmigratorias arribaron genoveses, florentinos, judíos, levantinos y berberiscos…
Con los blancos llegaron los negros, primero de España, entonces cundida de esclavos guineos y congos, y luego directamente de toda la Nigricia. Con ellos trajeron sus diversas culturas, unas selváticas como la de los ciboneyes, otras de avanzada barbarie como la de los taínos, y algunas de más complejidad económica y social, como las de los mandingas, yolofes, hausas, dohomeyanos y yorubas. Pocos lustros después de la conquista y poblamiento de Cuba por los mediterráneos, ya la visitan y sacuden los franceses; y luego los ingleses y los holandeses, con sus corsos y saqueos y sus tráficos comerciales. Ya es la cultura blanca de la Europa ultrapirenaica. A aquellos se debió el régimen internacional del comercio intérlope sostenido por una sorprendente estructura de bucaneros, filibusteros y pechelingues, superpuesta a la armazón oficial española; y todos aquí hicieron contrabando.
Pocos años después que los anglosajones, entraron en Cuba los franceses, expulsados de Haití, mudados de La Luisiana. Crean cafetales de más riqueza que los ingenios, crean comercios con su metrópoli.
Aun debiera hablarse de otras culturas, de los aportes del judío, del chino, del germano. […] Judíos y judaizantes los tenemos desde el descubrimiento. El judío está presente al descubrirse en Cuba el tabaco y en su desarrollo comercial; al fundarse la industria azucarera en las Antillas y a lo largo de su complicada historia”. [Fernando Ortiz, “Los factores humanos de la cubanidad”]
“La aventura de los suecos en Cuba es la historia de una comunidad escandinava que se asentó durante la primera mitad del siglo veinte en Bayate de Miranda, Palmarito de Cauto y Paso Estancia, en el centro geográfico de la provincia de Oriente… En la escuela de Bayate se enseñaban los tres idiomas más importantes: sueco, castellano e inglés. De todas formas, en cada hogar se hablaba sueco e inglés, indistintamente… pero a nadie le extrañaba escuchar alemán en una calle de Palmarito de Cauto o de Bayate, o francés, cuando conversaban el vasco Arbella y un empleado de la compañía azucarera, o italiano, entre Bonani, el fotógrafo santiaguero y Tuzzio o su mujer. La colonia era, en verdad, una pequeña Babel… A través de los largos silencios en las tardes de La Güira se extendían las voces de Titta Ruffo y Enrico Caruso, que navegaban por el mar de cañas de los Nelson. Los macheteros haitianos y los cubanos ya estaban tan acostumbrados a escuchar las óperas salidas de la bocina del fonógrafo recién estrenado que apostaban entre sí a quién sabía el nombre la obra o del autor. ¿La Tosca o La Boheme? ¿La Traviata o Rigoletto? ¿Puccini o Verdi?” [Jaime Sarusky, “La aventura de los suecos en Cuba”, Unión, abril-junio, 1966].
II-De diccionarios:
Caña (Sacharum officinarum, familia Gramináceas). —La caña de azúcar no es originaria de Cuba sino de Asia, y fue traída de Santo Domingo a este país allá por el año 1535. [Cuba en la mano]
Café (Coffea arabica, familia Rubiáceas) … El café es originario de Abisinia y se llevó a la Arabia, después a Batavia y Holanda, pasando a Francia en 1714, de allí lo llevó Clieux a la Martinica introduciéndose en la isla de Santo Domingo, de donde lo trajo a Cuba en 1748 Antonio Gelabert, estableciéndose el primer cafetal en Wajay. [Cuba en la mano]
Tabaco (Nicotiana tabacum, familia Solanáceas). -Planta nativa de Sur América. Cuando el descubrimiento de América, los indios cubanos cultivaban esta planta que llamaban cohibá, y aunque por este hecho parece que el tabaco es indígena de Cuba, también lo cierto es que no se le encuentra espontáneo en ninguna parte del país. [Cuba en la mano].
III-Curiosidades:
“Primero experimentado —experienciado un sensazión de alegría. Pues, un poco más alegría. Y pues, puede ser un poco más. Soy muy contento de ser el primero cubano sato a ganar este premio, y alegre que han dicho los autoridades que era basado sobre un paisaje cubano —que es Cojímar— más o menos mi pueblo”. [sic, Ernest Hemingway, al oír la noticia del Premio Nobel de Literatura de 1954].
Jamaicanos: Leonard Wood autorizó la entrada de 300 jamaicanos en Banes. Esta autorización tenía una condición esencial: tan pronto como los jamaicanos cumplieran sus compromisos de trabajo debían ser reembarcados de regreso a Jamaica”. Esta última condición nunca fue cumplida. La United Fruit Company mantuvo entre las dos islas un constante e ilegal trasiego de trabajadores jamaicanos. [De jamaicanos en cuba.blogspot]
Artículo IX, Tratado de París (1898):
Los súbditos españoles, naturales de la península, residentes en el territorio cuya soberanía España renuncia o cede por el presente tratado, podrán permanecer en dicho territorio o marcharse de él, conservando en uno u otro caso todos sus derechos de propiedad, con inclusión del derecho de vender o disponer de tal propiedad o de sus productos; y además tendrán el derecho de ejercer su industria, comercio o profesión, sujetándose a este respecto a las leyes que sean aplicables a los demás extranjeros.
Artículo 1º, “Ley del 75%”, Cámara de Representantes de Cuba (1925):
“Toda persona, natural o jurídica, que tenga en el territorio nacional industria o comercio, terrestre o marítimo, viene obligada por la presente ley a admitir en su oficina, taller, establecimiento o trabajo, el 75% a lo menos, de empleados, obreros o braceros, ciudadanos cubanos”.
Mambises extranjeros
Máximo Gómez (Santo Domingo), Narciso López Uriola, (Venezuela), José Miró Argenter (Cataluña), Andrés Manuel Sánchez Pérez (Colombia), Modesto Díaz Álvarez, (Santo Domingo), Juan Ríus Rivera (Puerto Rico), Carlos Roloff (Polonia), Jacinto Hernández Vargas (Canarias), Matías Vega Alemán (Canarias); José Rogelio del Castillo y Avelino Rosas (Colombia)… [Tomado de Omar Ríos, “Presencia foránea en las guerras de Independencia”]; Norteamericanos: James Chancy, Charles Mayer, Tom Lillie Mercer, Henry Reeve (aka, “El Inglesito”, 400 combates, 10 heridas, muere en batalla a los 26 años), Thomas Jordan, William Ryan (Canadá), William S, Crittenden… [Tomado de Diccionario Enciclopédico de la Historia Militar de Cuba” (Editora Verde Olivo, 2004 Tomo I]; Franceses: François Pavot, Jean Pierre, Simón d’ Espagne. Alberto Hatfge (cocinero de Céspedes), José Lacret Morlot, Eloy Beauvilliers, Aquiles Savalle (Córcega). Gustave Ravelle, Pedro Dartoyet, Francisco Dufourg, Phillipe Vacque, León Dediot, Charles Filiberto Peisó, Armand Poirier Dandillecourt, Victor Dumas Chandeu, Joseph Napoleón Chapleaux, Edgard Carbonne, René de Arc, Félix Andux David, Félix Beque, Eliberto Clave, Clemente Lahitte Arican, Miguel Mirason, Octavio Sorondo Legais, Emilio Mortier, León Mekin Sanderson, Juan Chardier… [Tomado de René González Barrios, Granma, 7 febrero, 2016]; Rusos: Piotr Platonovich Strelsov, Eustafi Iosifovich Kontantoinovich, Nicolai Guerasimovich Melentiev… [De Mundo.sputniknews.com]; Italianos: Francesco Lenci, Oreste Ferrara, Felice Cavalotti, Juan Bovio, Hector Ferrari, Federico Zuccari, Federico Gattorno, Antonio Fratti, Felix Albani, Ferruccio Tolomei, Emilio Nissolino, Salvador Barzilai, Francesco Federico Falco. [De Fernando Ortiz, Los mambises italianos, 1909].
IV-¿Quién es cubano?
“¿Será cubano el nacido en Cuba? En un sentido primario y estricto, pero con grandes reservas… Porque no son escasos los cubanos, ciudadanos o no, que, nacidos allende los mares, han crecido y formado sus personalidades aquí, en el pueblo cubano, se han integrado en su masa y son indistinguibles de los nativos; son ya cubanos o como cubanos, más cubanos que otros, que sólo son tales por su cuna o por su carta. [Ortiz, “Los factores…”]
Ejemplos:
Cintio Vitier (Key West, Florida, 1925-La Habana, 2013). Poeta, escritor y traductor católico. Fue durante años profesor de francés. Su obra cumbre es Lo cubano en la poesía (1957).
Gertrudis Gómez de Avellaneda (Camaguey, 1814-Madrid, 1873), poeta, dramaturga y periodista Romántica y feminista. Escribió Sab, una de las primeras novelas antiesclavistas e ingresó en la Academia Española de la Lengua en 1854. “Pero ¿cubana de adentro, de los adentros de la sensibilidad, la magia y el aire, que es lo que andamos buscando? Confieso llanamente mi impresión: no encuentro en ella ese registro.” (Lo cubano en la poesía).
Alejo Carpentier: (Lausana, 1904-París, 1980). Novelista, musicólogo, músico y funcionario. En Recuento de moradas, su autobiografía, insistió, contradiciendo su partida de nacimiento, en que había nacido “en alguna casa de la Calle Maloja, de La Habana”.
Carlos Ankermann Riera (Palma de Mallorca, 10 marzo de 1829-La Habana, 17 febrero 1909), músico, compositor y profesor.
José Manuel (¨Lico¨) Jiménez Berroa (7 de diciembre 1851 –Hamburgo, 15 de enero 1917), pianista y compositor negro. Aunque exitoso en Europa, su música no fue aceptada en Cuba, la cual abandonó en 1890. Regresó a Alemania, se asentó en Hamburgo. Aceptado en la corte de Weimar, amigo íntimo de Liszt, director del Conservatorio de Hamburgo, primer compositor cubano en trabajar el lied alemán. Con Emma Filter, alemana, tuvo tres hijos.
José Silvestre White Lafitte (1836-París 1918), violinista y compositor mulato. Da su primer concierto a los 18 años acompañado de Louis Moreau Gottschalk, quien le financia un viaje de estudios a París, donde estudia, entre 1855 y 1871, en el Conservatorio. Amigo de Rossini, fue director del Conservatorio Imperial en Rio de Janeiro, luego regresa a morir en París. La habanera La Bella Cubana es su obra más famosa.
Bautista Antonelli (Battista Antonelli, 1547-1616), ingeniero militar italiano. Bajo el mando del gobernador Juan de Tejeda, construyó las fortalezas del Morro y San Salvador de la Punta en La Habana. Su trabajo fue decisivo en la terminación del primer acueducto de La Habana, la Zanja Real.
Hubert de Blanck (1856–1932) Profesor, pianista y compositor holandés. Casado con Ana María García Menocal, prima de Mario García Menocal,
futuro presidente de Cuba, tuvieron cinco hijos. Se muda a La Habana en 1883. Creó el Conservatorio de Música con Edgardo Morales Valverde. Muere en La Habana a los 76 años.
Claudio Brindis de Salas Garrido (1852–1911), violinista de concierto. Rechazado en Cuba, estudia en el Conservatorio de París, donde gana el Primer Premio en 1871 y sale de gira por toda Europa. Según Alejo Carpentier es “un caso sin precedente en la historia musical del continente”. Miembro de la Legión de Honor francesa, el Kaiser le otorgó el título de Barón de Salas. Casó con una alemana, nombrado músico de cámara del emperador y se le hizo ciudadano alemán. Murió pobre, enfermo y abandonado en Buenos Aires a los 59 años.
Domingo del Monte (1804-1853) crítico y escritor venezolano, criado en Cuba. Formó parte del grupo de creadores de la Academia de Literatura Cubana, y director de la Revista Bimestre (1831-1834), en donde publicó una pequeña parte de su amplia producción literaria.
José Martí (1853-1895): “Como verdadero artista, Martí tena una gran agudeza de los sentidos, y el paladar estaba en él desarrollado en extremo. Era gourmet a lo Brillat-Savarin… Conocía, a fuerza de buscarlos, los lugares de Nueva York donde un especialista, ignorado del gran público, confeccionaba un plato suculento. Se encantaba en llevar a sus amigos a saborear una minestrone, allá lejos en el barrio italiano, o un goulash en la pequeña Hungría”. [De Blanche Zacharie de Baralt, El Martí que yo conocí]
V-El Himno Nacional
“Originalmente el himno contaba con seis estrofas. Las últimas cuatro estrofas fueron excluidas en 1902. En primer lugar, porque ería el orgullo de los españoles. Además, no era bien visto que en la letra del himno de una nación no se respetara a otra. Otro aspecto importante es que era demasiado largo comparado con la mayoría de los himnos”. [Wikipedia]
Perucho Figueredo (Pedro Felipe Figueredo y Cisneros, 1818-1870) es el autor del himno nacional cubano, “La Bayamesa”… “En cierta ocasión me invitaron a disfrutar de una ópera… no todos los días se presenta en tu ciudad una compañía de bel canto a interpretar “Las bodas de Fígaro” de W.A.
Mozart… Cuál no sería mi sorpresa cuando en cierta parte de la obra cantaban con la música del himno nacional cubano. Más tarde me enteré de que era el aria “Non più andrai” de dicha ópera, cantada al final del acto primero. Es una burla de Fígaro a Cherubino, joven mariposón (farfallone) que asediaba las mujeres de palacio, motivo por el cual es mandado al ejército:
Non più andrai, farfallone amoroso,
Notte e giorno d’intorno girando,
Delle belle turbando il riposo,
Narcisetto, Adoncino d’amor.
No irás más, mariposón amoroso
girando; día y noche rondando alrededor
de las bellas, turbándoles el reposo,
Narcisito, pequeño Adonis del amor.
[http://regresioncubana.blogspot.com/2018/02/el-plagio-del-himno-
1 ¿Cuántos soldados o técnicos del Bloque Soviético ingresaron en Cuba a partir de 1959? ¿Cuántos se quedaron, o tuvieron hijos allí, o regresaron? Me temo que esa historia está por documentarse, y escribirse.