Carmen Calvo: los artistas somos esponjas, todo lo absorbemos

1847

¿Cómo se inició en las artes visuales?

Soy de una generación que ya en 1964 frecuentaba los cineclubs de mi ciudad. El cine fue, y es, libertad de imagen, de expresión. En un país como España, donde la represión fue tanta hasta la muerte de Franco, el cine, la imagen, fue el instrumento de nuestro desarrollo cultueral. La imagen para un artista es todo. Sigo dibujando, porque el dibujo fue antes de la fotografía. No soy fotógrafa, aunque he expuesto varias veces en PhotoEspaña, en exposiciones amplias sobre la intervención de la fotografía en el collage. Comencé con esta nueva materia, en 1996.

 

¿Cuáles han sido sus primeras influencias?

El artista observa lo que tiene alrededor, lo que ocurre en el mundo a cualquier nivel. Me interesa el tema social. Puedo decir que mi reflexión sobre la pintura surgió estudiando principalmente a Goya, a Tapies, a Piero de la Francesca. etc. Todo está en el aire, los artistas, en busca del alma creadora, somos esponjas, todo lo absorbemos.

 

¿Cuál es hoy su relación con la pintura? 

Sigo siendo pintora.

 

Usted incorporó el barro cocido a sus trabajos, al ver su obra se destaca como un protagonista importante. ¿Qué la llevó a insistir con obsesión en ese material?

 Mi paleta está compuesta de un amplio número de materiales. Barro, hierro, cristal, dibujo. El barro estuvo en el inicio de mi trabajo, es un proyecto que está concluido. Ahora, sin olvidarlo, lo reflejo de otra forma, en otros proyectos.

 

También incorporó la fotografía en instalaciones. ¿Podría hablarnos de su criterio para sumar otras áreas y otros materiales? 

Yo no he incorporado la fotografía a mis instalaciones (por ahora) Solamente la fotografía mural, que se expuso en la explanada del IVAM, en el año 2020. Mis fotografías, son pensadas como cuadros. No hay copias, la mirada es la pintura. Utilizo la fotografía, como el pintor cuando sale en busca de un paisaje. La observación es el principal motivo para que surja la idea. El criterio que utilizo para tener una paleta amplia y poder emplear estos materiales en mis proyectos es simplemente mi interés por los oficios. Dígase, por ejemplo: el pan de oro. Como lo hicieron los egipcios, y también en el Barroco y en el Renacimiento. Este interés se debe a que he recibido una escuela clásica. He trabajado en oficios como la cerámica, que es otro material empleado en mis proyectos. Sigo investigando en la actualidad con nuevos materiales para emplearlos en mis trabajos. Como el cine. Las proyecciones fotográficas. Encasillarse en un material es perder la emoción de ver el resultado y ésta es la magia que te lleva al cuadro. Desde mi participación en la bienal de Venecia, representando al Pabellón de España en el 1997, junto a J. Brossa y anteriormente en otras instalaciones. Es en el espacio donde me siento muy cómoda. En Valencia, he intervenido en varios edificios oficiales, como los Patios de la Beneficencia, Las Cortes Valencianas. Las Vidrieras de la estación del metro de Torrente. etc. Súmele también que realice una intervención fotográfica, estampada en lona, en el año 2014, llamada » Inter(valo), junto a la torre del Ángel árabe, en la Plaza Beneyto y Coll de Valencia. Esto fue una intervención financiada por mí. Cuando recibí el Premio Nacional tenía dinero. Me ayudaron los amigos de la Comunidad del Barrio del Carmen de Valencia a elegir el espacio y hablar con los vecinos, no todos muy puestos en la idea de tener la pancarta de un armario, en la que se lee vida. La vida que necesita ese espacio. La idea surgió cuando pasaba por ahí todos los días para ir a mi estudio, acompañada por mi perro Tonet. Me daba pena el abandono de ese monumento que forma parte de la historia de esta ciudad, de Valencia. Limpiaron y cerraron el espacio para que nadie pudiera entrar. Es un orgullo pasar actualmente por esa plaza, y ver que mi propuesta sigue en pie.

 

¿Cómo organizó su muestra en París: Les Óperas de Carmen? 

Las óperas, es un proyecto que me encargaron los amigos del Liceo Catalán, en 2013, para ilustrar la programación de la temporada de la ópera de ese año. Todos estas operas, representadas con dibujos y collages, se expusieron en la galería Juan Prats de Barcelona. Un trabajo super interesante, mientras oía la música de Mozart, Verdi, Puccini iba dibujando las escenas que me sugerían las voces y la música. Todo lo que envuelve a la ópera lo fui reflejando: pasión, desamor, tragedia, muerte…. Mas tarde en el 2016, mi galerista parisina Thessa Herold, quiso reunir una serie de las óperas ya realizadas y otras como Carmen (que personalmente, no me gusta), y quiso poner este título a la exposición, y estuve de acuerdo. Thessa Herold, que cerró su galería, fue una de las pioneras en el ARTE con mayúsculas, apoyó siempre a los artistas españoles.

 

Usted ha realizado intervenciones permanentes. ¿De qué manera aborda estas obras?

Como he comentado antes, he realizado muchas intervenciones públicas y privadas. Siempre por encargo de arquitectos. Esta idea me gusta, volver al origen, a la unión de arquitectura y pintura. Sin duda es un reto para el pintor, pues te enfrentas a una escala diferente al cuadro. La escala, la perspectiva, el color, la luz. La idea siempre parte de mí. Lo que me sugiere el espacio o historia de ese edificio. El arquitecto me dice dónde quiere instalarlo. Como las vidrieras de la estación del metro de Torrente (Valencia) donde el dibujo sobre el cristal relata episodios del barrio, de sus gentes. Disfruto muchísimo con estos proyectos. Intervienen tantos factores plásticos, como la pintura, la escayola, el hierro, el pan de oro. Me falta sólo realizar una escenografía, por esto mis montajes de 4 x 4 m tiene algo que ver con ellas.

 

Usted participa de la muestra colectiva: Mujeres fotógrafas. Una historia contada a medias. ¿Siente, que, desde su lugar de mujer, su obra se ha visto postergada? ¿Le ha costado moverse más que los hombres en el medio? 

Tenemos que pensar que apenas en la Constitución de 1931 de la Segunda República se le reconoció el derecho al voto a la mujer. Es una lucha, lo sigue siendo, y actualmente estamos mejor las mujeres, pero el desarrollo es lento.

 

 En una entrevista usted cuenta esta anécdota: Al taxista que me ha traído se lo he preguntado. Cuando hemos parado, he comentado: ‘Anda, ¿y esto que han puesto aquí en el IVAM?’. Y se ha callado: se ha formado un silencio. Pero seguiré preguntando. El público es muy importante. Y en otra entrevista dice: El artista no ha de dejarse convencer por la aceptación del público. ¿Hasta dónde debe el artista escuchar al público?

 La pancarta que expuse en la explanada del IVAM, de Valencia, gustó, y me gustó. Se basa en la mujer. Mi planteamiento fue mirar la manera de hacer de la publicidad, proyectándolo en color y con una imagen potente de una mujer atada, símbolo de la opresión. Nadie me encargo el tema. Es uno más de los que me interesa. La familia, la infancia, la mujer, el ser humano y, en definitiva, la sociedad, con todo lo que la rodea. La religión, actos sociales, la vida. Cuando un artista entra en el punto de la “Marca” es difícil. Las galerías, (algunas) lo piden sólo si el tema ha sido aceptado por el público. Salir de esa línea es complicado. Por eso, el riesgo que tiene que tomar el creador es ir a contracorriente (difícil, pues hay que vivir). Pero eso es lo que tiene que hacer un artista con alma.

 

¿Están hoy los museos conectados con el público que los visita?

Los Museos, los cines, teatros, la lectura. Sigue siendo de minorías. ¿Por qué? Simplemente es un ejercicio, de ir buscando, de entusiasmarse por la vida. Hay muchas programaciones en los museos, y hay documentación. El público elige. Desde luego, los programas televisivos son un arma peligrosa. El estar interesado por la cultura es un ejercicio. En España costo mucho y ahora, con esta Pandemia, es un horror físico, enfermedad, muerte, trabajo y la cultura en todos los campos está sufriendo. Hay que seguir.

 

En una entrevista usted dice: También está la cuestión histórica. Hay que tener memoria. En la España actual hay colectivos que están trabajando para dar nombre y apellido a los desaparecidos del franquismo. Buscando instalar una memoria a la que las instituciones dan, en su mayoría, la espalda. ¿Ese pasado triste de España, lo cree presente, de alguna manera puede accionar en su obra?

 En España se está luchando por recuperar la memoria histórica. Fueron cuarenta años de silencio, represión y muertes en todos los sentidos. España vive una democracia y tenemos un gobierno democrático. Mi memoria, está presente en mi trabajo. Esto no quiere decir que es lo que yo vea en la actualidad.

 

¿Cuánto influyen las redes en su obra? ¿Las sigue?

 No me interesan las redes. Soy de papel, de periódicos, de libros y, por mi trabajo, del ordenador. Y de mis películas, que veo, repitiendo e ilustrándome con esas imágenes maravillosas de los grandes directores y directoras, presentes y pasados.

 

¿Son positivas las Ferias de Arte para aproximar público a las artes visuales?

 A muchos artistas no nos gustan las ferias. Pero son necesarias para la divulgación de la obra. Es la pescadilla que se muerde la cola.

 

 

¿Cómo se comunica con los curadores a la hora de exponer? ¿Cómo marcar los límites de cada uno?

 Es un proyecto conjunto. El artista sabe la obra que ha realizado y la muestra. El comisario o comisaria realiza el guion.

Desde el momento que estás de acuerdo con la propuesta, es un trabajo conjunto, en la que el criterio y el dialogo es necesario. Nunca he tenido ningún problema, ya que el comisario sabe que el artista conoce todo lo que se refiere a su obra, desde su inicio. Con los curadores se establece un cuerpo matrimonial, en el sentido de preparar el proyecto implicarse y defenderlo.

 

Usted es Académica. ¿Cómo se encuentra en ese sillón?

 Pues, la verdad… tarde 7 años en leer mi entrada en la Academia y esto por hacer caso a una gran mujer que fue y sigue presente Carmen Alborch. Me dijo, “Hacen falta mujeres en la Academia” Y así fue. Nunca di clases. Los Cursos… los realizo, es una forma de psicoanalizarme. Soy de estudio, encerrada en mi mundo. La Academia es un motivo para ver qué pasa en el mundo de los que nos llamamos “Académicos” y ver para qué servimos.

 

Las galerías ¿las ve reinventándose como un punto de encuentro valioso con los artistas?

 El arte va evolucionando, También hay modas, y las galerías están en este tema. Tengo la suerte de trabajar con las que creen en mi trabajo.

 

¿Cree que su obra sufrirá un antes y un después de esta pandemia?

 Como le decía, tengo la suerte de vivir, de trabajar en algo que me llena. Podría decir que es mi vida. Después de 52 años. Todos los días procuro emocionarme, ir al estudio y seguir. Es lo que hay. Luego, cuando pase toda esta pesadilla, veremos en qué plano nos encontramos.

 

¿En qué proyecto se encuentra?

Estoy preparando varias exposiciones (no las digo pues soy supersticiosa) Y otro gran proyecto en un lugar histórico, maravilloso. A su tiempo se divulgará. Ahora, preparando mi exposición en el IVAM. para el 2022, por el premio internacional que me concedieron de Julio González. Y sin perder la ilusión, que tanto hace falta en estos momentos y siempre.