No creo que el arte pueda cambiar el mundo, hace mucho que no tiene arreglo: Lúa Gándara

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@xelaogando

¿Cómo se inició en el estudio de las artes visuales y en el conocimiento de los materiales? 

Recuerdo pintar y dibujar desde siempre y haber ido a diferentes clases desde pequeña, pero fue en Bellas Artes donde aprendí realmente sobre arte y descubrí mundos nuevos para mí, como la performance o el arte conceptual. Nunca dejamos de aprender durante toda la vida, por eso sigo aprendiendo continuamente de todas partes. Lo que más me interesa ahora mismo son las plantas y los árboles, todo se puede aplicar después a la obra. Pero en cuanto a los materiales creo que se aprende experimentando con ellos durante mucho tiempo y observando, preguntando a los demás. Me gusta mucho preguntar. La curiosidad es imprescindible.

 

Usted ha dicho: me vino muy bien tratar de explicarle a un científico cómo funcionaba el mundo laboral artístico, no lo entendía y eso me dio un cambio de punto de vista muy interesante. ¿Cuál fue la explicación y de qué manera operó en usted esa explicación?

En aquel momento yo no conseguía vender el número suficiente de cuadros para vivir de mi trabajo y el científico no entendía que yo dedicase mi vida a una actividad que no me reportase beneficios económicos. Yo le explicaba que la pintura es una carrera a largo plazo, que no se trata de hacer obras para vender, sino de estar pensando y produciendo continuamente, que es una forma de vida y que el mercado no siempre tiene que funcionar proporcionalmente en relación con la calidad de la obra. Le dije que por mucho dinero que gane con otro trabajo si no pinto me pongo triste,. Creo que nunca lo entendió bien, pero lo que realmente me sirvió es tener esto muy claro para dejar todo tipo de trabajo precario y tomarme en serio. Y desde ese momento he vivido del arte, más o menos peor o mejor.

 

¿Qué influencia ha tenido o tiene la música en su trabajo? 

La música es la estructura de casi todos mis trabajos que son baile, movimiento.

Compongo los cuadros como si estuviese en una jam de improvisación libre, voy jugando con los elementos que se repiten de mi lenguaje, quito, pongo, tacho, insisto: la pintura no es estática.

 

Hoy el arte performático tiene un merecido auge. Se pueden ver poemas trabajados desde ese arte. ¿A qué cree que se debe este interés por la performance?

Creo que el mercado del arte siempre busca novedades, y aunque la performance se viene haciendo desde hace muchos años, quizá nunca se había acercado tanto a todos los públicos.

En cuanto a mi propia relación con la performance es totalmente natural, porque es un arte que tiene que ver con la vida, con la forma de estar y de relacionarse, es algo que todos hacemos para vivir. Creo que siempre he hecho performance, incluso antes de saberlo, sólo que a los 4 años lo llamaba “espestáculo”.

 

Usted ha dicho: yo trabajo con el error. ¿Qué lugar ocupa el error en su proceso creativo? ¿Cuál es su alcance?

 Cuando estoy en el taller voy haciendo, resolviendo, nunca tengo una idea preconcebida, me dejo ir. Voy probando, equivocándome, tachando, haciendo de esos tachones mi forma de pintar. Muchas veces en clase de pintura le explico a la gente que es una cosa parecida a la vida diaria, que vamos existiendo por ahí como podemos, haciendo y deshaciendo, aprendiendo sobre la marcha, que nuestra vida casi nunca coincide con ningún plan preconcebido. Cualquier cosa que me venga en contra trato de integrarla en mi trabajo y beneficiarme de algún modo, es reciclaje mental.

 

Usted tiene incorporado en su trabajo el humor. Algo, en general, poco frecuente. ¿De qué manera permite que el humor opere en su obra?

 El humor es mi forma de relacionarme con el mundo y los demás, por eso es inevitable en mi trabajo. Me interesa el humor como herramienta de supervivencia emocional, y además me lo paso muy bien. Son todo ventajas. No pienso: venga, voy a ser simpática con esto o lo otro, me sale natural. Muchas veces es ironía o humor negro, pero es algo de lo que me doy cuenta después. A veces creo que hago gracia porque no quiero ser graciosa.

 

Hace dos meses he vuelto a tener televisión después de muchos años y estoy muy impresionada. Creo que tengo que hacer algo con eso. ¿En qué consistiría incorporar la televisión tan denostada en general por la calidad de su programación?

 Me interesa ocupar espacios dentro de la televisión, lugares de ficción histriónica. No me preocupa su falta de calidad, para mí es un escenario más y una manera de dialogar con lo absurdo y uno de los flujos de información que nos ataca constantemente. También me interesa conocer desde dentro la censura del siglo XXI. Me encanta que me inviten a entrevistas y estar en lugares a los que no pertenezco, en los que estoy incómoda, es como un videojuego en el que tienes que superar una prueba extraña. Por supuesto, no siempre gano, pero no me preocupa, es parte del proceso. Puedo decir con orgullo que me han “suspendido” todos los del jurado de Got Talent.

 

Usted tiene una colección de fotos suyas, en Instagram que se llama Antimodas. ¿Por qué sólo en la red y que puede decirnos lo que intenta transmitir con ese trabajo?

#antimoda son fotos hechas con el móvil que sólo tienen sentido en la red porque son una parodia de muchos selfies, una parodia de mí misma, y una forma de visibilizar mi personaje que se expone públicamente. Para mí es un juego dentro de la red en el que utilizo el lenguaje propio de las redes. Aunque de manera natural se haya acabado convirtiendo en un proyecto que tiene que ver con la identidad, me hace mucha gracia que la gente se lo tome en serio. Hay gente que incluso cree que soy seria. Me parece maravilloso.

 

Para mí es un sueño total jugar a ser una diva de mentira siéndolo de verdad. ¿Cuál sería el alcance de estas palabras, teniendo en cuanta que hoy se relaciona mucho el ser diva a lo frívolo?

 No debemos menospreciar la frivolidad, piense en Oscar Wilde, por ejemplo. Creo que se trata de equilibrios. Me parece igual de grave la gente que se toma demasiado en serio, cosa que pasa mucho en el arte, por eso en esos ambientes suelo frivolizar. En los ambientes frívolos me gusta hablar de arte. Se trata de equilibrios, como en la pintura.

En cuanto a lo de jugar a ser una diva me parece muy divertido, no pienso jamás en qué alcance tendrá lo que digo o qué pensará la gente, me da exactamente igual. Muchas veces me encuentro a personas que no se atreven a decir que les encantaría que les hiciesen más caso, pero luego suben fotos suyas a las redes constantemente o tratan de agradar a los demás, yo digo tranquilamente que soy una diva mientras escribo estas palabras con el abrigo puesto dentro de casa, no por la elegancia, sino por el frío. Cuando hablo de ser diva me refiero a una actitud con nosotras mismas, de aceptación y amor propio, no se trata de algo superficial, sino de un estado mental de liberación y tranquilidad que debería ser lo normal para todas. Creo realmente que soy fantástica, pero es que creo que mucha gente es maravillosa. Si eso es superficial me parece bien, me encanta.

 

¿Son las ferias instrumentos valederos de legitimación de un artista? ¿Frecuenta las ferias exponiendo su obra?

 Una feria es una acumulación casi siempre sin criterio de obras puestas unos días en un sitio normalmente inhóspito con unas estructuras por el medio como si fuesen despachos de telefonistas pero más elegantes. El único fin es vender y hacer algo de publicidad, por eso es un negocio, da igual que sean de arte, de coches o de gastronomía. No las frecuento demasiado, ni con mi obra ni con mi presencia física, aunque acabo de tener obra expuesta en Fig Bilbao y esto me da pie para contradecirme alegremente. La legitimación del artista está muy pasada de moda, es algo que no tiene importancia si no crees que existe, sólo sirve para subirle el precio de la obra a gente que cree que sí cree que existe, pero realmente es un instrumento más del que se sirve el mercado del arte. Es posible que si me llevasen más tuviese una opinión más compleja acerca de esto. No tengo ni idea de ferias, sólo sé que como público se me parece demasiado a ir al supermercado algo mejor vestida.

 

Si el arte no es una herramienta transformadora no me interesa, me aburre. ¿Cree que el arte, en los tiempos que corren, hacen un trabajo de transformación? ¿Esa idea de transformación puede ir unida a la de concientización?

 No creo que el arte pueda cambiar el mundo, hace mucho que no tiene arreglo. Pero sí creo que puede ayudar a vivir mejor a quienes lo hacen y lo disfrutan. Necesitamos herramientas que nos activen los sentidos y el pensar o moriríamos de tristeza, pero de la misma manera que necesitamos entornos agradables, no pasar mucho frío en invierno y buenos alimentos.

Creo que una obra es un entramado de varios niveles de lectura que no es tan rápido de digerir, por eso lo de concienciar o no es más práctico con una campaña publicitaria o un discurso. Pero sí, hay artistas como Félix González Torres que consiguen llegar al público de una forma increíble, que les cambia la forma de ver las cosas para siempre, y eso es precioso.

 

Sospecho que comisarios que me conocen piensan que mi obra no es seria, y eso, afortunadamente, es muy cierto. ¿Por qué cree que los comisarios no relacionan el humor con arte y lo hacen a un costado?

 Creo que muchos comisarios son señores que están trabajando como en un negocio cualquiera y no les gusta exponer cosas que cuestionen su propio trabajo o prácticas. Afortunadamente vienen nuevas generaciones de personas más abiertas y alegres. El humor ha sido denostado continuamente en toda la historia y en muchos ámbitos, incluso Chaplin lo dijo en su biografía. Pero que no sea tomado en serio es también la forma perfecta de tener una ventaja para llegar más lejos, porque al no darle importancia no se vigila y al ser sutil es algo más difícil de censurar, piensen en el cine de Berlanga durante el franquismo.

 

¿Qué intenta en su proyecto Lúa Responde por Messenger? ¿Sería acertado pensar que es una acción performática?

Sí, es una acción performática en toda regla. Cada vez que recibo un mensaje por chat de un desconocido que quiere “conocerme” o venderme algo, les contesto intentando venderles yo mi obra. Surgió como una respuesta al acoso de mi intimidad, que creo que es algo que todos sufrimos en redes. También es un acto de justicia poética e invito a todo el mundo a reaccionar de manera creativa ante el spam.

 

¿En qué consistió su proyecto de videoclip: V de Vite, una parodia del Beat It de Michael Jackson? 

V de Vite es una idea de Javi Camino, un director de cine, en el que me invitó a participar, así que estamos hablando de un proyecto colaborativo. Este proyecto consistió en parodiar una canción de Michael Jackson hablando de un barrio obrero de Santiago de Compostela que tenía bastante mala fama en los ochenta, después de la canción se convirtió en un lugar de moda en el que muchos quieren vivir. Lo más interesante de este proyecto es que participó mucha gente del propio barrio en el vídeo, y eso es lo que le da sentido.

 

¿Cree que el artista no debe ser ni permitir ser absorbido por el sistema?

 El sistema está siempre ahí, cuando tienes que ir al súper, cuando tienes que pagar impuestos, cuando tienes que comprar cosas que tú no puedes producir. El sistema me facilita muy bien que pueda comprar la marca de pinturas que quiero por internet, por ejemplo. Sería ingenuo pensar que vivimos fuera por no tener un trabajo estable, los artistas formamos parte del sistema que necesita gente que lo cuestione y resalte sus problemas. Normalmente seremos tragados por él y utilizados para campañas de publicidad de algo que no tenga nada que ver con nuestro trabajo, pero ahí estamos, en el medio. Tenemos que aprender a vivir dentro y fuera a la vez para sobrevivir.

 

Los artistas en general hablan de saltar límites. ¿En su obra cuales serían los límites que cree que salta o transgrede? 

No creo que todos los artistas tengan que ser transgresores. En general es un asunto muy delicado, porque tampoco el mero hecho de transgredir algo implica que seas artista. En cualquier caso no es demasiado importante la definición. El artista ha de trabajar con sinceridad y honestidad, y hacer cosas que tengan que ver con su realidad. Habrá que transgredir lo que sea necesario, pero esa no ha de ser una necesidad a priori. Cuando hago mis proyectos los hago porque surgen de una necesidad práctica y real, y después, dependiendo del contexto en el que se muestren resultan transgresores o no. Es muy fácil transgredir en un museo, pero mucho menos en mi aldea. Por ejemplo, estos días he llevado una chaqueta de peluche rosa barbie a diferentes lugares, en ciertos sitios noto que la gente se siente agredida visualmente, como si fuese una ofensa, en otros lugares es algo divertido y todo el mundo quiere tener una igual. Así que siempre estamos hablando de la relación de la obra con un contexto concreto.

 

¿Cree que las redes: Instagram, Facebook, etc, han transformado, no sólo cómo se difunde el arte, sino también la manera de ver arte?

 Creo que cada vez consumimos imágenes a mayor velocidad, y es una pena, porque ya no profundizamos en su nivel de lectura, no da tiempo y es normal. Incluso hay gente que produce demasiado para satisfacer la demanda de las redes, que necesitan algo nuevo cada día. No sé cómo vamos a aprender a vivir con esto, pero también puede que aprendamos a convivir de manera sana y hasta saquemos provecho. Por otro lado, las redes me han descubierto muchos artistas nuevos de todo el mundo y nos han dado un nuevo lugar en el que exponernos. Por ejemplo, es muy probable que si no fuese por las redes esta entrevista nunca se me hubiese hecho.

 

¿Cómo vivió la pandemia en su trabajo? ¿Algo ha cambiado en su proceso creativo?

 La pandemia me ha regalado mucho tiempo de reflexión, cosa que siempre viene bien. Por otro lado tengo que decir que yo siempre viví parecido y no fue tanto cambio para mí. He pintado bastante y he plantado muchos árboles.

 

¿Quiénes han sido y son sus influencias y que siente que sumaron a su obra?

 Mis mayores influencias son los pintores de las primeras vanguardias del siglo XX, porque crecí de pequeña viendo las láminas que regalaba el periódico los domingos. Tengo mucho de los campos de color de Rothko, de lo musical de Kandinsky y de los divertido de Klee y Miró. Ahora me doy cuenta de que también tengo mucho que ver con Sophie Calle, Esther Ferrer o Iiu Susiraja. Al final todo lo que nos rodea nos influencia, últimamente en lo que más me fijo es en los dibujos de una clase de niños de 3 a 5 a los que les doy clase, son geniales.

 

¿En qué proyecto se encuentra?

Ahora mismo estoy en varios proyectos a la vez; por un lado sigo trabajando en el taller preparando mis próximas exposiciones y una performance para el 8 de enero en los teatros del Canal de Madrid, y por otro sigo colaborando con gente de otras disciplinas, que es algo que enriquece mucho mi trabajo y mi vida. Estoy a punto de estrenar una colaboración de ropa pintada con Sora Magazine en Barcelona y acabo de presentar una colección de joyas y pintura con Milena Colella. Siempre estoy abierta a nuevos proyectos, y quién sabe lo que haré próximamente. Si alguien lo sabe que me escriba.

 

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